martes, 1 de mayo de 2012

Capilla de la Ascensión, Jerusalén.


    Capilla de la Ascensión, Jerusalén.
La roca de la Ascensión en el Monte de los Olivos, Jerusalén.
En base a cuanto narrado en el Nuevo Testamento, el evento conocido como la Ascensión de Jesús es el último episodio de la vida terrena de Jesús: cuarenta días después de su muerte y resurrección ascendería al cielo. El aniversario es celebrado en todas las confesiones cristianas y junto a la Pascua y Pentecostés es una de las fiestas más importantes del calendario eclesiástico.

Aunque el lugar de la Ascensión no es citado directamente en la Biblia, por los Hechos de los Apóstoles parece ser el Huerto de los olivos, porque después de la ascensión los discípulos
(Hechos 1:12) «Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un sábado.»
     La tradición ha consagrado este lugar como el Monte de la Ascensión. Los primeros cristianos recordaban la ascensión reuniéndose en una gruta que se encuentra cerca, probablemente por miedo de las persecuciones. Después del edicto de Constantino, la primera iglesia fue construida en aquel lugar (390).

      La basílica, llamada Basílica de Eleona, debe su nombre a la palabra eleon que en griego significa olivo, pero también recuerda el sonido de eleison, piedad, misericordia.  Actualmente es propiedad del waqf islámico de Jerusalén, y es visitable después del pago de una cantidad simbólica.
       En la roca conservada en el santuario, la tradición reconoce la huella del pie derecho de Jesús, dejada en el momento en que ascendía al cielo. Es venerada por los cristianos. La casa construida por los cruzados fue convertida en una mezquita, aunque no se utiliza para el culto a causa de los muchos peregrinos cristianos.

El monasterio ortodoxo de la Ascensión se encuentra en la cima del Monte de los Olivos
 Mc 16:
9.     Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Lc 24:
50.   Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. 
Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.



Hech 1: 9.  Jesús fue levantado ante sus ojos y una nube lo ocultó de su vista.  Ellos seguían mirando fijamente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron a su lado a dos hombres vestidos de blanco  que les dijeron: «Amigos galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que ha sido llevado volverá de la misma manera que ustedes lo han visto ir al cielo.»  




Vestigium pedis


Huellas de pies que he tallado sobre una roca de arenisca en María de Huerva, cerca de Zaragoza. 


En el sufismo se describe la "himma" como el poder concentrado de la energía espiritual puesta a disposición del "Hombre Perfecto" o, concedida como carisma y en diversos grados de aplicación, a los que están en "el Camino Recto".  
 
El "Hombre Perfecto", merced a la "himma", camina sobre las aguas sin hundirse y, en cambio, se hunde al andar sobre la roca.
  En Huesca aparecen huellas de santos  en los caminos que conducen a los santuarios del Serrablo, con relativa frecuencia los romeros pueden observar marcas en las piedras que según la tradición corresponden a huellas del titular del templo cercano.









Las huellas, se ubican: en los caminos de peregrinación, en los senderos que según la tradición se dice que recorrieron los santos a su martirio – Santa Orosia– o en la época vivida por la zona – San Úrbez–. 
 La huella más universal es la que se encuentra en la roca de la Ascensión en el Monte de los OlivosJerusalén.   Hace unas semanas tallé una huellas de pies en arenisca. Pretendía marcar lo que podrían ser las señales de las llagas de los pies de Jesucristo después de la resurrección. Al poco tiempo acudí a ver la Seo de Zaragoza y su museo, de los que saqué varias fotografias furtivas.  Al mirarlas en el ordenador me dí cuenta de unas casualidades; en las fotos aparecia iconografía de esas mismas huellas. Adjunto las fotos con su detalle.

Capilla de la Ascensión La Seo de Zaragoza

  Detalle del retablo

Pintura del Museo del Cabildo de la Seo


 
 

  L 

2 comentarios:

  1. Gracias por el artículo, José Manuel.
    En 2008 tuve el privilegio de estar en al-Quds (Jerusalem) durante diez días.
    Visité ese lugar que ahora nos muestras en fotos excelentes y fue muy emocionante ver cómo convivían las oraciones musulmanas y cristianas.
    Cada musulmán que entra hace dos rakats (postraciones) de la salat (la oración canónica) y besa la piedra con veneración por su significado. Imagino que sabes que en el Islam se considera a Jesús el "Sello de la Santidad" y a María la "Madre de los Profetas" —Estuvimos en una mezquita en Maddaba (Jordania) cuyo nombre era "Mezquita de Jesús hijo de María".
    Coincidimos en este templo de la Ascensión con un amplio grupo de jóvenes cristianos ortodoxos rusos, eran como ángeles, la belleza de sus cantos me hacía llorar cada vez que los encontraba cantando en algún lugar sagrado, terminamos haciéndonos muy amigos.
    Lo que quizá no sepas es que ese bello edificio de la Ascensión tiene una cripta a la que se entra por otra parte. Lo más impresionante aún es que esa cripta es la tumba de Râbi’a al-‘Adawiyya, quien, como sabrás, está considerada como una de las propulsoras del sufismo, incluso hay quienes la consideran la "madre del sufismo". Los musulmanes lo tienen casi como un secreto para evitar la invasión turística, aunque si preguntas a algún musulmán de por allí y ven que eres un creyente sincero te abren con una mirada de bendición. La cripta es muy sencilla. Tiene una baraka extraordinariamente complementaria a la del piso de arriba: Arriba es la ascensión y abajo interioridad. Me pareció algo simbólicamente perfecto.
    Pax, Salam, Shalom
    Angel Pascual

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  2. He olvidado añadir que en la 3ª foto se puede ver un nicho en el centro, es el mihrab, que señala la dirección de la oración (quibla) para los musulmanes: hacia la Meca. Lo cual también es muy interesante, porque crea una identidad entre esa dirección y la ascensión. Si te fijas, la propia piedra del suelo es como una alfombra de oración dirigida hacia la qibla.

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